Leyendo los informes de Guantánamo, las denuncias de las torturas en la cárcel de Abu Garib (Irak) y el pedido de refuerzo de tropas formulado al Congreso sumado al desaire a América Latina con la posición adoptada por el Gobierno de los EE. UU. en Honduras y su dictadura golpista, el Nobel de la Paz entregado al Presidente Barack Obama suena a burla para los amantes de la paz y las democracias.
Sería como escucharlo a Menem hablar de honestidad, a Mariano Grondona de libertad de expresión , a Jaime de defensa de los bienes del Estado y/o a Zanola de administración de Obras Sociales.
Para un título como el otorgado, los “méritos” por la paz hechos por los EE. UU. ponen en evidencia una vez más que el dinero compra las conciencias, la ética, los principios y el mundo se mueve al ritmo del petróleo y los intereses de las finanzas, este año con la más cruenta de las crisis a nivel global golpeando a los países dependientes.
Qué democracia garantiza EE.UU. para el continente?
Qué respeto a la soberanía gozan nuestros pueblos?
Cuales son los valores éticos de la política exterior del “gran país del Norte” y con que vara nos medirán en el futuro los funcionarios del Departamento de Estado?
Cuantos atropellos más deberemos soportar junto a nuestros hermanos latinoamericanos para alcanzar el grado de convivencia civilizada que requiere la vida democrática de nuestro continente?
Acaso, deberemos afrontar un futuro de violencia incontrolada, de sumisiones, disciplinamientos insostenibles y miserias sociales como parte de nuestros tributos a la paz premiada desde Estocolmo y vivir una nueva colonización made in EE.UU.?
Sería como escucharlo a Menem hablar de honestidad, a Mariano Grondona de libertad de expresión , a Jaime de defensa de los bienes del Estado y/o a Zanola de administración de Obras Sociales.
Para un título como el otorgado, los “méritos” por la paz hechos por los EE. UU. ponen en evidencia una vez más que el dinero compra las conciencias, la ética, los principios y el mundo se mueve al ritmo del petróleo y los intereses de las finanzas, este año con la más cruenta de las crisis a nivel global golpeando a los países dependientes.
Qué democracia garantiza EE.UU. para el continente?
Qué respeto a la soberanía gozan nuestros pueblos?
Cuales son los valores éticos de la política exterior del “gran país del Norte” y con que vara nos medirán en el futuro los funcionarios del Departamento de Estado?
Cuantos atropellos más deberemos soportar junto a nuestros hermanos latinoamericanos para alcanzar el grado de convivencia civilizada que requiere la vida democrática de nuestro continente?
Acaso, deberemos afrontar un futuro de violencia incontrolada, de sumisiones, disciplinamientos insostenibles y miserias sociales como parte de nuestros tributos a la paz premiada desde Estocolmo y vivir una nueva colonización made in EE.UU.?
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