miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Escondida, donde la desidia y la imprevisión mandan

La Escondida es un pueblo ubicado a 64 Km. de la ciudad de Resistencia-capital del Chaco-, tiene alrededor de 5 mil habitantes que, según cuentan los lugareños más antiguos, debe su nombre a una laguna escondida que vista desde arriba no lograba observarse ya que estaba tapada totalmente por una tupida vegetación. Esa laguna hoy está inutilizable por una contaminación gradual y constante de parte de la empresa taninera Indunor. Dicha laguna fue durante años el lugar elegido por la empresa para enviar todos sus deshechos tóxicos.

La laguna solo es la punta de un iceberg, la muestra más elocuente que el pueblo sufre una flagrante contaminación casi en todas sus ramificaciones posibles: polución ambiental-contaminación del aire-, napas de aguas subterráneas con alto grado de componentes químicos tóxicos, entierros por parte de la empresa de material posiblemente radiactivo en terrenos cercanos al pueblo. El Río Negro con alto índice de contaminación.
El 9 de octubre de este año cerca de la 10 de la mañana hubo explosiones extremadamente fuertes dentro de la empresa taninera que alarmaron a la población del pueblo. Luego esas explosiones derivaron en un incendio inmanejable que, de no ser por la colaboración de los operarios y de muchos civiles que se acercaron a colaborar, estaríamos hablando de un hecho catastrófico sin precedentes no solo a nivel provincial sino también en el ámbito nacional. ¿Exagerado? Para nada. Las llamas estuvieron a metros de alcanzar los tanques donde Indunor conserva un componente químico -entre tantos otros- sumamente peligroso e inflamable: el hidrógeno. Según cuentan especialistas de la misma empresa, que pidieron encarecidamente no ser mencionados por cuestiones obvias, de haber alcanzado el fuego esos tanques, los daños, fatales muchos de ellos, habrían afectado 40 Km. a la redonda. Dijeron también que los efectos contaminantes habrían llegado hasta Resistencia.
La empresa holandesa Lenntech, especialista en cuestiones ambientales, menciona que los efectos de la exposición al hidrógeno pueden ser: Fuego Extremadamente inflamable. Muchas reacciones pueden causar fuego o explosión. La mezcla del gas con el aire es explosiva. Vías de exposición: La sustancia puede ser absorbida por el cuerpo por inhalación. Inhalación: Altas concentraciones de este gas pueden causar un ambiente deficiente de oxígeno. Los individuos que respiran esta atmósfera pueden experimentar síntomas que incluyen dolores de cabeza, pitidos en los oídos, mareos, somnolencia, inconsciencia, náuseas, vómitos y depresión de todos los sentidos. La piel de una víctima puede presentar una coloración azul. Bajo algunas circunstancias se puede producir la muerte. No se supone que el hidrógeno cause mutagénesis, embriotoxicidad, teratogenicidad o toxicidad reproductiva. Las enfermedades respiratorias preexistentes pueden ser agravadas por la sobreexposición al hidrógeno. Riesgo de inhalación: Si se producen pérdidas en su contenedor, se alcanza rápidamente una concentración peligrosa. Casi todas esas secuelas que señala Lenntech, en algún momento, los habitantes del pueblo las han sobrellevado creyendo que eran situaciones normales, comunes.
La empresa multinacional, perteneciente al grupo Silva Team, dice en su página web lo siguiente: “Fiel a los valores de la protección del medio ambiente, Indunor ha trabajado siempre con el fin de evitar, en los diversos usos industriales de sus productos, la generación de residuos o de emisiones contaminantes. Por último, a pesar de estar radicada en el territorio argentino, la empresa se desempeña a nivel internacional: Más de las tres cuartas partes de la producción, son exportadas en 60 países de todo el mundo.” Como slogan publicitario es irreprochable, pero la empresa no dice nada respecto a las innumerables personas que por prescripción médica son aconsejadas a abandonar la localidad ya que poseen enfermedades respiratorias y, por lo tanto, son incompatibles para vivir en el pueblo en donde reinan los humos, tan coloridos como tóxicos, que emanan de las chimeneas de la fábrica taninera.
Cuando el Subsecretario de Medio Ambiente de la provincia, Raúl Fernández, sostiene que va a solicitar una inspección minuciosa, por solicitud de los vecinos autoconvocados del pueblo, sobre las condiciones ambientales en que se encuentra la localidad es, cuanto menos, tardío casi rozando con la inoperancia. ¿Era necesario que la comunidad les avisara lo que acontece en La Escondida? ¿Los controles pertinentes que de manera regular deben hacerse dentro de la empresa quien lo debería hacer? ¿Quién defiende de un potencial accidente a los habitantes? Los interrogantes podían extenderse largamente, sin embargo las respuestas no llegan, al menos nadie se encarga de accionar en consecuencia.
La presidente de la Cámara Legislativa chaqueña, Alicia Mastandrea, expresó “este tema debe ser atendido por el área de Medio Ambiente del Poder Ejecutivo para que reciba a estas personas, más allá de que la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura ya tiene conocimiento sobre este problema, realizando estudios de impacto en el lugar y con los resultados del estudio evaluaremos posteriormente cuál será nuestra intervención en el tema para ayudar a esta gente ante esta necesidad inmediata que existe, ya que desde el Poder Legislativo tenemos la función de control, no de ejecución, pero no obstante, si los legisladores debemos comunicarnos con empresas para observar el cumplimiento o no de normas que regulan esta actividad en el Chaco, podemos hacerlo más allá de las funciones que tiene el propio Ejecutivo”.
Las declaraciones de Raúl Fernández y Alicia Mastandrea marcan una postura, por decirlo de algún modo, demasiada superficial. Tal vez desconozcan, los responsables del ejecutivo y del legislativo la vigencia de la Ley Nacional del Medio Ambiente Nº 25.675 Artículo 15 que establece el Principio Precautorio. ¿Qué significa? Que en casos de sospechas, tan siquiera, de contaminación ambiental es la empresa acusada la que debe mostrar, comprobar que no contamina. De ninguna manera los que soportan esa posible contaminación deben ser, para colmo, los encargados de juntar las pruebas que corroboren sus denuncias.
El artículo 38 de la Constitución Provincial afirma que “todos los habitantes de la provincia tienen el derecho inalienable a vivir en un ambiente sano, equilibrado, sustentable y adecuado para el desarrollo humano, y a participar en las decisiones y gestiones públicas para preservarlo, así como el deber de conservarlo y defenderlo. En el inciso 5 del mismo artículo expresa “el control del tránsito de elementos tóxicos; la prohibición de introducir o almacenar en la Provincia residuos radiactivos, no reciclables o peligrosos y la realización de pruebas nucleares”. En el apartado 9 menciona establecer programas de educación ambiental orientados a la concientización social.
En La Escondida a los casos mencionados que deben, por cuestiones de salud, alejarse del pueblo se suma que hay muchas denuncias de los propios vecinos, corroborados off the record por los empleados de la empresa Indunor, se enterraron deshechos tóxicos y sospechosamente radiactivos. ¿Quiénes son los responsables de controlar, regular, fiscalizar al respecto? Deberían serlo las autoridades municipales y provinciales. Ellos, y no otros, deben encargarse que los principios pregonados por la Constitución de la Provincia sean consecuentes con la realidad.
En Indunor se manejan y se producen sustancias altamente contaminantes. Entre otras podemos mencionar:
*Acido Sulfúrico: químico que por combustión forma humos tóxicos de óxidos de azufre. Reacciona violentamente con bases y es corrosiva para la mayoría de los metales más comunes, originando hidrógeno (gas inflamable y explosivo). También reacciona violentamente con agua y compuestos orgánicos con desprendimiento de calor. Al calentar se forman humos (o gases) irritantes o tóxicos (óxido de azufre).
*Acido Fórmico: La sustancia se puede absorber por inhalación del vapor y por ingestión. Por la evaporación de ésta sustancia a 20º C se puede alcanzar rápidamente una concentración nociva en el aire.
*Fenol: es una sustancia tanto manufacturada como natural. El fenol puro es un sólido incoloro a blanco. El producto comercial es un líquido. El fenol tiene un olor característico repugnantemente dulce y alquitranado.
La mayor parte del fenol que se inhala o ingiere pasará a la corriente sanguínea; cantidades más pequeñas pueden pasar a la sangre si hay contacto con la piel. La exposición breve al fenol en el aire puede causar irritación de las vías respiratorias, dolor de cabeza y ardor en los ojos. El contacto de la piel con cantidades altas de fenol ha producido quemaduras de la piel, daño del hígado, orina de color oscuro, latido irregular del corazón y en algunos casos, la muerte. La ingestión de concentraciones altas de fenol ha producido quemaduras internas y la muerte.
En animales, la inhalación de niveles altos de fenol produjo irritación de los pulmones. La exposición repetida produjo temblores musculares e incoordinación. La exposición a niveles altos de fenol en el aire durante varias semanas produjo parálisis y lesiones graves del corazón, el hígado, los riñones y los pulmones y, en algunos casos, la muerte. Algunos animales que tomaron agua con concentraciones muy altas de fenol sufrieron temblores musculares e incoordinación.
Solo son tres de los tantos productos químicos que maneja la empresa Indunor. Se nota claramente la peligrosidad ambiental o riesgo al que se expone un ciudadano común de La Escondida al convivir permanentemente con estos químicos.
Todo esto se mantuvo-y se mantiene actualmente- inalterable gracias a un combo sumamente contraproducente para la localidad. Empresa inescrupulosa –INDUNOR-, Dirigentes municipales y provinciales inoperantes y/o involucrados-directa o indirectamente- con la empresa multinacional, Habitantes del pueblo desinteresados y/o desconocedores, irresponsables respecto a la seguridad sanitaria y ambiental de su propia ciudad, profesionales de todos los niveles que no se involucran convenientemente para concientizar adecuadamente al resto de la población de un problema de injerencia central para el pueblo.
Obviamente que siempre existe la excepcionalidad a la regla. Este grupo de vecinos escondidenses autoconvocados tratan de modificar, difundir un problema tan profundo que coexiste prácticamente desde la fundación de La Escondida. Agustín Tosco, gremialista cordobés-uno de los gestores del cordobazo, dijo “hay momentos en que el pueblo sintetiza en la acción los pasajes más significativos de su historia”.
Lic. Roberto Espinoza (libreperiodismo@hotmail.com)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que es muy importante los aportes sobre contaminación y es de mucha utilidad para toda la poblacion, esperamos mas informacion sobre el tema urgente

Anónimo dijo...

Esperamos que puedan hacer algo, los quimicos de Esta empresa an matado muchas personas de cancer y lo seguiran hacendo

Anónimo dijo...

ES MUY IMPORTANTE QUE USTED HAGA ALGO POR LOS QUE VIVIMOS EN LA ESCONDIDA "LOS QUE DIRIGEN ÈSTA EMPRESA INDUNOR SON UNOS ASESINOS"

Anónimo dijo...

Beatriz.
hace unas semanas estuve en la Escondida, no es necesario llegar al pueblo para divisar y persibir el olor asqueroso que emana la fabrica, es totalmemte intolerable.
no entiendo como siendo una empresa que abarca tantos puntos nacionales como internacionales no se haga cargo o desconosca, los metodos de depuracion y filtracion para no contaminar. Llegando la tarde el humo es impresionante, la carbonilla que cae sobre la gente otro tanto, si bien es cierto que da trabajo a muchas personas, seria digno que todos vivieramos en un ambiente sano como propone el art 38 de la constitucion nacional, o sera que hasta son dueños de nuestro aire estas personas, es sumamente importante hacer algo no quiero llegar al pueblo a velar a mis abuelos porque esa maldita fabrico les arruino su sistema respiratorio o le produjo algun tipo de cancer. Averiguemos cual es el indice de mortalidad por cancer alli. O gran casualidad.