lunes, 7 de diciembre de 2009

Sandra Mendoza o el ejemplo a imitar para hacer… todo lo contrario por Leonardo Espinoza


“La Sandra” es la prueba más elocuente que los políticos, en su gran mayoría, son puestos a ocupar puestos electivos debido a su parentesco, favores anteriores o punteros políticos. Sobre capacidad, coherencia, visión de grandeza, compromiso social y ética republicana mejor ni hablar.

Ya desde su juramento, la diputada por Chaco, Sandra Mendoza, ex esposa del gobernador Jorge Capitanich, demostró que no llegó a la Cámara Baja para pasar desapercibida. "Juro por la memoria de los desaparecidos y por que no haya más genocidas disfrazados de demócratas. Juro por mi pueblo y por los ciudadanos del Chaco", sentenció la temperamental política, llamando la atención de toda la Cámara.


Antes ya había sorprendió a propios y ajenos cuando abrazó con fuerza a la líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, a quien conoce del Chaco. Fue un gesto que dejó estático hasta al mismísimo Néstor Kirchner, a quien después Sandrita , como la conocen en Chaco, saludó de la misma forma, con la misma intensidad.


Después, cuando Patricia Bullrich mencionó a la legislatura chaqueña, Mendoza explotó: "Si alguno tiene que decirle algo a Capitanich, que se lo diga en la cara. Yo soy Sandra Mendoza", disparó a los gritos la diputada. A su derecha, el diputado K bonaerense, Ariel Pasini, la miraba asombrado, mientras de las gradas bajando aplausos. "Pertenezco al Movimiento Nacional Justicialista desde antes de nacer", remató, mientras continuaba masticado chicle, cada vez más rápido.


Aliada vital. Pero Sandra Mendoza no sólo será el centro de todas las miradas por sus habituales arranques de ira, que pueden llegar hasta los insultos y golpes, como ocurrió en una sesión de la legislatura chaqueña cuando se enojó con una opositora al punto de querer trompearla mano a mano, sino porque también se convertirá en una aliada vital del bloque K, que ayer perdió su invicto de seis años en Diputados.


Aunque esa alianza dependerá de su relación con su ex marido, con quien está en trámites de divorcio, tema del que ella prefirió no hablar ayer en el Congreso. Durante todo el 2009, Mendoza, la mujer más temida por los ministros de la provincia, mantuvo una relación inestable con Coqui , como se conoce al gobernador. Todo comenzó cuando él le solicitó la renuncia al ministerio de Salud para que vaya como diputada, estalló en ira y chocó una camioneta contra el estacionamiento de la Casa de Gobierno, generando un escándalo. Poco tiempo después estuvo invitada a un programa de TN y minimizó los enfrentamientos con el gobernador-hasta confesó que siempre iba a estar de su lado-. Mendoza es así, siempre fluctúa entre la contradicción y la incoherencia.


Más tarde, después de la epidemia de dengue, en la que responsabilizó al mosquito por el incontable número de infectados y muertos, Mendoza fue echada por Capitanich, tras protagonizar incidentes en defensa de piqueteros que protestaban contra el Gobierno. Le prohibió la entrada a la Casa de Gobierno y hasta anunció su divorcio a través de un "comunicado oficial". "Es de poco hombre", achacó ella, que después fue desalojada de la residencia oficial por la policía.


Así las cosas, Sandra Mendoza dio ayer una mínima muestra de su personalidad explosiva, adelantando que no será una diputada más. No sobresaldrá por su gestión audaz y rebosante de proyectos trascendentes para su provincia, pero el Congreso de la Nación va a tener en Mendoza a un elemento principal para el Show Business. Mientras tanto Chaco sigue siendo, y con dirigentes como estos va a mantener ese tristísimo privilegio por mucho tiempo, la provincia con más indigencia y pobreza del país.


Fuente: Diario Perfil
Producción y comentarios: Lic. Roberto Espinoza

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