Fraude y loobies
No es novedad que los estudios toxicológicos sobre el glifosato requeridos oficialmente para su registro y aprobación siempre estén asociados con prácticas fraudulentas. En 1976, una auditoria realizada por Environmental Protection Agency (EPA) descubrió serios errores y deficiencias en estudios conducidos por uno de los más importantes laboratorios norteamericanos involucrados en la determinación toxicológica de pesticidas previa a su registro oficial. La EPA acusó públicamente a Industrial Biotest Laboratories (IBT),laboratorio que condujo 30 estudios sobre glifosato y fórmulas comerciales en base a glifosato (entre éstos, 11 de los 19 estudios realizados respecto de su toxicidad crónica), de falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos de laboratorio. La EPA denunció el episodio con 7 años de demora (1983) y escasa repercusión mediática. Sin embargo, informes del Comité de Operaciones Gubernamentales del Congreso Norteamericano y Sumarios de la Oficina de Pesticidas y Sustancias Tóxicas de la EPA confirman detalladamente la fraudulencia y pobre calidad científica de los estudios de IBT.
Luego de la difusión masiva de la soja RR, los límites de tolerancia de trazas de glifosato en los alimentos, fueron elevados de 0.1 mg/kg a 20 mg/kg, es decir el límite fue aumentado 200 veces, al sólo efecto de favorecer la comercialización de los productos ahora elaborados con soja RR, y por ende con mayor proporción de glifosato en su composición, sin tomar en cuenta los graves daños potenciales para la salud de la población.Además, ‘los análisis de residuos de glifosato son complejos y costosos, por eso no son realizados rutinariamente por el gobierno de los EE.UU. y nunca realizados en la Argentina.(9)
Pruebas irrefutables
“En el año 2001, la asociación Eaux et Rivières de Bretagne había denunciado a Monsanto por anunciar que su producto Round Up era eficiente y no presentaba riesgos para el medio ambiente. Las etiquetas del herbicida aseguraban que éste era “100 por ciento biodegradable, limpio”. Es la misma asociación bretona, la cual censura a Monsanto por hacer de la de la “biodegradabilidad” de su producto un argumento propagandístico –el cual ya fue juzgado falso por el sistema jurídico estadounidense. Lyon obligó a la empresa a pagarle 15.000 euros a una Ong por “publicidad mentirosa”.
En 2002, un equipo científico conducido por Roberto Belle del National Center for Scientific Research (CNRS), estación biológica científica en Roscoff, Francia, demostró que el Roundup activa una de las etapas clave de la división celular que potencialmente pueden conducir al cáncer. Belle y su equipo han estado estudiando durante varios años el impacto de las formulaciones del glifosato sobre las células del erizo de mar. En diciembre de 2004, el equipo demostró en la revista Toxicological Science , un daño en un ‘punto de control’ del ADN afectado por el Roundup, mientras que el glifosato aislado no tuvo ningún efecto. ‘Hemos demostrado que es un factor de riesgo definido, pero no hemos evaluado el número de cánceres potencialmente inducidos, ni el plazo dentro del cual se declararían’,
-En marzo 2005 ,Gilles-Eric Séralini Seralini especialista en biología molecular, docente de la Universidad de Caen (Francia) y director del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen), declaraba al Diraio Le Monde , su descubrimiento : que algunas células de la placenta humana son muy sensibles al herbicida Roundup,“Aun en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”También destacó que en soluciones entre 10 mil y 100 mil veces más diluidas que las del producto comercial no matan las células, pero bloquean su producción de hormonas sexuales, lo que podría provocar en fetos dificultades en el desarrollo de huesos y el sistema reproductivo. Precisó que el herbicida mata una gran proporción de las células después de sólo dieciocho horas de exposición a concentraciones menores que las utilizadas en el uso agrícola.
-En abril de 2005 la Universidad de Pittsburgh, EEUU, sugiere que el Roundup es un peligro para otras formas de vida no vegetales. El biólogo Rick Relyea demostró que el Roundup es extremadamente mortal para los anfibios. En lo que se considera uno de los estudios más completos sobre los efectos de los pesticidas en organismos no vegetales en un escenario natural, Relyea encontró que el Roundup causó una declinación de 70 por ciento en la biodiversidad anfibia y una caída de 86 por ciento en la masa total de renacuajos. Los renacuajos de la rana leopardo y los renacuajos grises de la rana del árbol resultaron casi eliminados.
-Un informe de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, advierte que el glifosato, fue erróneamente catalogado como toxicológicamente benigno, tanto a nivel sanitario como ambiental, “la revisión toxicológica del glifosato conducida por un equipo norteamericano de científicos independientes (Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides) indicó efectos adversos en todas las categorías estándar de toxicología: subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos”.
-Una investigación del Hospital Italiano de Rosario,realizada entre 2004 y 2007, afirma que “Existen relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos”.
-En abril pasado, Andres Carrasco, investigador del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires,con su investigación determinó que “el glifosato puro, en dosis menores a las usadas en fumigación, genera malformaciones” y que el químico “podría estar interfiriendo en algún mecanismo normal del desarrollo embrionario que tiene que ver con la forma en que las células se dividen y mueren”. Las dosis de herbicida utilizadas para el estudio “estuvieron muy por debajo de los niveles que se usan en las fumigaciones, por lo que la situación es mucho más grave debido a que “el glifosato no se degrada”.
Sustancialmente equivalente a veneno
Equivalencia sustancial significa en la práctica que las propiedades generales de un vegetal genéticamente modificado son similares a las del vegetal tradicional, el cual no exhibe modificación alguna. No parece lícito, entonces, extender esa equivalencia más allá de sus límites iniciales, hasta abarcar otros aspectos no contemplados en la comparación primera. El biólogo molecular norteamericano John B. Fagan defendió idéntico argumento en el juicio que le siguió la Alianza para la Bio-Integridad a la Food and Drug Administration (FDA) en los Estados Unidos de Norteamérica durante 1998: las comparaciones entre organismos bajo parámetros exclusivamente químicos sólo puede detectar sustancias previstas, pero jamás determinar inocuidad.Los riesgos previsibles para la salud humana sólo pueden minimizarse si se echa mano a una experimentación toxicológica con voluntarios pagos que acepten llevar adelante pruebas extendidas en el tiempo. Y aún así, persistiría cierto riesgo residual.
Es en este sentido que el “principio de equivalencia sustancial” entra en colisión con el “ principio precautorio”, bajo el supuesto falaz de que todo aquello que vale para algo en un determinado momento y en un determinado lugar valdrá también para todo lo similar y en otros tiempos y otros sitios.Cuando el desarrollo de esta tecnología de manipulación genética de organismos vivos, para modificarlos genéticamente, tiene que ir acompañada por una severa estimación de riesgos caso por caso.
En el año 2001 la Comisión Europea abandonó la equivalencia sustancial en su borrador sobre la regulación de los alimentos OMG. Este giro en la práctica de la evaluación de los riesgos no estuvo exento de controversias como lo demuestra en “Monsanto Agricoltura Italia SpA y otros” ventilado ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), 9 de septiembre de 2003.La sentencia, en clara línea con el reforzamiento normativo , sugirió la necesidad de una evidencia científica mayor para demostrar la equivalencia en la composición de los alimentos OMG o para probar los efectos toxicológicos aparentemente equivalentes. Por fin, el Reglamento 1829/2003 rechaza este principio de equivalencia sustancial como criterio apropiado para valorar la Bioseguridad de un alimento genéticamente modificado.
En el ámbito de la Seguridad alimentaria la transparencia y el acceso a la información son principios clave, como el reconocimiento del derecho de los consumidores a esperar información clara y accesible sobre calidad e ingredientes alimentarios.La participación ciudadana también se ha concretado en los derechos de elección de los consumidores, a través de: a) una nueva y más estricta regulación del etiquetado de transgénicos; y b) la creación de instituciones científicas de protección de la salud y Seguridad alimentaria sobre OMG.(12)
Efectos en el agua
El cultivo de soja necesita unos 550 milímetros de agua por hectárea en el caso de la soja de primera y 450 en la soja de segunda.
La aplicación de glifosato se extendió tanto que es muy probable que pueda contaminar los escasos recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos. Su efecto dañino sobre la salud está tan reconocido que muchos países han adoptado para este parámetro límites tolerables de concentración residual en el agua. Un dato muy significativo sobre la dosis útil aplicada: de tres litros por hectárea por año a fines de los ’90 se pasó, a mediados de la década actual, a tres aplicaciones de 12 litros por hectáreas por año.
En la Campaña 2004/2005, de 38.300.000 toneladas, Argentina exportó gratuitamente mas 42.500 millones de metros cúbicos de agua . Las tres provincias pampeanas, exportaron 28.190 millones de metros cúbicos. estamos exportando en promedio, agua virtual por un volumen de 5.000 millones de metros cúbicos anuales.
La deuda por nutrientes, se refuerza con esta deuda por agua virtual que no estamos evaluando aún pero que nos enfrenta a otro problema, al ocuparse no sólo espacio territorial, sino recursos acuíferos vitales para la vida y estabilidad ambiental mediata en la Argentina.
El suelo
Los ecosistemas más afectados por los herbicidas son aquellos sujetos a aplicaciones directas o que se encuentran en las adyacencias de las áreas de aplicación y los ecosistemas acuáticos que reciben el escurrimiento de las zonas que son tratadas. De una u otra forma, los agroquímicos y fertilizantes pueden alterar la estructura, función y productividad de los ecosistemas.
En Argentina la intensificación de la producción sojera a llevado a una importante caída en el contenido de los nutrientes del suelo.La producción continua de soja ha facilitado la extracción,solo en 2003 de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo.Los agricultores creen erróneamente que con la siembra directa no hay erosión,pero a pesar del incremento de la cobertura del suelo ,si el rastrojo dejado por la soja es relativamente escaso y no puede cubrir correctamente el suelo, si no existe una adecuada rotación entre cereales y oleaginosas.
Efectos de la contaminación por plaguicidas
Tres son los efectos principales que se vienen dando en las regiones agrícolas:
1-La reducción de la calidad de suelo y el agua por presencia de residuos de pesticidas.
2-El deterioro de la calidad del aire por volatilización de principios activos.
3-El impacto negativo sobre la biodiversidad por sus efectos sobre especies no objetivo.
En poco menos de quince años, el consumo de glifosato se multiplicó 180 veces.
Pero el uso del glifosato no es privativo del cultivo de soja, si bien éste es el mayor consumidor del mismo en las provincias del NOA como Tucumán con 2.313.900 litros (65,2 % del total) en 2005. El otro 34,8 % se distribuye entre el limón (454.100 litros de glifosato), trigo (414.700), caña de azúcar (193.180 litros), maíz (125.200) y cultivos menores (50.000 litros) (EEAOC, 2006).
* Por Dra. Graciela Gómez (Abogada (UBA), especialista en temas ambientales)
No es novedad que los estudios toxicológicos sobre el glifosato requeridos oficialmente para su registro y aprobación siempre estén asociados con prácticas fraudulentas. En 1976, una auditoria realizada por Environmental Protection Agency (EPA) descubrió serios errores y deficiencias en estudios conducidos por uno de los más importantes laboratorios norteamericanos involucrados en la determinación toxicológica de pesticidas previa a su registro oficial. La EPA acusó públicamente a Industrial Biotest Laboratories (IBT),laboratorio que condujo 30 estudios sobre glifosato y fórmulas comerciales en base a glifosato (entre éstos, 11 de los 19 estudios realizados respecto de su toxicidad crónica), de falsificación rutinaria de datos y omisión de informes sobre incontables defunciones de ratas y cobayos de laboratorio. La EPA denunció el episodio con 7 años de demora (1983) y escasa repercusión mediática. Sin embargo, informes del Comité de Operaciones Gubernamentales del Congreso Norteamericano y Sumarios de la Oficina de Pesticidas y Sustancias Tóxicas de la EPA confirman detalladamente la fraudulencia y pobre calidad científica de los estudios de IBT.
Luego de la difusión masiva de la soja RR, los límites de tolerancia de trazas de glifosato en los alimentos, fueron elevados de 0.1 mg/kg a 20 mg/kg, es decir el límite fue aumentado 200 veces, al sólo efecto de favorecer la comercialización de los productos ahora elaborados con soja RR, y por ende con mayor proporción de glifosato en su composición, sin tomar en cuenta los graves daños potenciales para la salud de la población.Además, ‘los análisis de residuos de glifosato son complejos y costosos, por eso no son realizados rutinariamente por el gobierno de los EE.UU. y nunca realizados en la Argentina.(9)
Pruebas irrefutables
“En el año 2001, la asociación Eaux et Rivières de Bretagne había denunciado a Monsanto por anunciar que su producto Round Up era eficiente y no presentaba riesgos para el medio ambiente. Las etiquetas del herbicida aseguraban que éste era “100 por ciento biodegradable, limpio”. Es la misma asociación bretona, la cual censura a Monsanto por hacer de la de la “biodegradabilidad” de su producto un argumento propagandístico –el cual ya fue juzgado falso por el sistema jurídico estadounidense. Lyon obligó a la empresa a pagarle 15.000 euros a una Ong por “publicidad mentirosa”.
En 2002, un equipo científico conducido por Roberto Belle del National Center for Scientific Research (CNRS), estación biológica científica en Roscoff, Francia, demostró que el Roundup activa una de las etapas clave de la división celular que potencialmente pueden conducir al cáncer. Belle y su equipo han estado estudiando durante varios años el impacto de las formulaciones del glifosato sobre las células del erizo de mar. En diciembre de 2004, el equipo demostró en la revista Toxicological Science , un daño en un ‘punto de control’ del ADN afectado por el Roundup, mientras que el glifosato aislado no tuvo ningún efecto. ‘Hemos demostrado que es un factor de riesgo definido, pero no hemos evaluado el número de cánceres potencialmente inducidos, ni el plazo dentro del cual se declararían’,
-En marzo 2005 ,Gilles-Eric Séralini Seralini especialista en biología molecular, docente de la Universidad de Caen (Francia) y director del Comité de Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen), declaraba al Diraio Le Monde , su descubrimiento : que algunas células de la placenta humana son muy sensibles al herbicida Roundup,“Aun en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”También destacó que en soluciones entre 10 mil y 100 mil veces más diluidas que las del producto comercial no matan las células, pero bloquean su producción de hormonas sexuales, lo que podría provocar en fetos dificultades en el desarrollo de huesos y el sistema reproductivo. Precisó que el herbicida mata una gran proporción de las células después de sólo dieciocho horas de exposición a concentraciones menores que las utilizadas en el uso agrícola.
-En abril de 2005 la Universidad de Pittsburgh, EEUU, sugiere que el Roundup es un peligro para otras formas de vida no vegetales. El biólogo Rick Relyea demostró que el Roundup es extremadamente mortal para los anfibios. En lo que se considera uno de los estudios más completos sobre los efectos de los pesticidas en organismos no vegetales en un escenario natural, Relyea encontró que el Roundup causó una declinación de 70 por ciento en la biodiversidad anfibia y una caída de 86 por ciento en la masa total de renacuajos. Los renacuajos de la rana leopardo y los renacuajos grises de la rana del árbol resultaron casi eliminados.
-Un informe de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR, advierte que el glifosato, fue erróneamente catalogado como toxicológicamente benigno, tanto a nivel sanitario como ambiental, “la revisión toxicológica del glifosato conducida por un equipo norteamericano de científicos independientes (Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides) indicó efectos adversos en todas las categorías estándar de toxicología: subcrónicos, crónicos, carcinogenéticos, mutagénicos y reproductivos”.
-Una investigación del Hospital Italiano de Rosario,realizada entre 2004 y 2007, afirma que “Existen relaciones causales de casos de cáncer y malformaciones infantiles entre los habitantes expuestos a factores de contaminación ambiental, como los agroquímicos”.
-En abril pasado, Andres Carrasco, investigador del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires,con su investigación determinó que “el glifosato puro, en dosis menores a las usadas en fumigación, genera malformaciones” y que el químico “podría estar interfiriendo en algún mecanismo normal del desarrollo embrionario que tiene que ver con la forma en que las células se dividen y mueren”. Las dosis de herbicida utilizadas para el estudio “estuvieron muy por debajo de los niveles que se usan en las fumigaciones, por lo que la situación es mucho más grave debido a que “el glifosato no se degrada”.
Sustancialmente equivalente a veneno
Equivalencia sustancial significa en la práctica que las propiedades generales de un vegetal genéticamente modificado son similares a las del vegetal tradicional, el cual no exhibe modificación alguna. No parece lícito, entonces, extender esa equivalencia más allá de sus límites iniciales, hasta abarcar otros aspectos no contemplados en la comparación primera. El biólogo molecular norteamericano John B. Fagan defendió idéntico argumento en el juicio que le siguió la Alianza para la Bio-Integridad a la Food and Drug Administration (FDA) en los Estados Unidos de Norteamérica durante 1998: las comparaciones entre organismos bajo parámetros exclusivamente químicos sólo puede detectar sustancias previstas, pero jamás determinar inocuidad.Los riesgos previsibles para la salud humana sólo pueden minimizarse si se echa mano a una experimentación toxicológica con voluntarios pagos que acepten llevar adelante pruebas extendidas en el tiempo. Y aún así, persistiría cierto riesgo residual.
Es en este sentido que el “principio de equivalencia sustancial” entra en colisión con el “ principio precautorio”, bajo el supuesto falaz de que todo aquello que vale para algo en un determinado momento y en un determinado lugar valdrá también para todo lo similar y en otros tiempos y otros sitios.Cuando el desarrollo de esta tecnología de manipulación genética de organismos vivos, para modificarlos genéticamente, tiene que ir acompañada por una severa estimación de riesgos caso por caso.
En el año 2001 la Comisión Europea abandonó la equivalencia sustancial en su borrador sobre la regulación de los alimentos OMG. Este giro en la práctica de la evaluación de los riesgos no estuvo exento de controversias como lo demuestra en “Monsanto Agricoltura Italia SpA y otros” ventilado ante el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), 9 de septiembre de 2003.La sentencia, en clara línea con el reforzamiento normativo , sugirió la necesidad de una evidencia científica mayor para demostrar la equivalencia en la composición de los alimentos OMG o para probar los efectos toxicológicos aparentemente equivalentes. Por fin, el Reglamento 1829/2003 rechaza este principio de equivalencia sustancial como criterio apropiado para valorar la Bioseguridad de un alimento genéticamente modificado.
En el ámbito de la Seguridad alimentaria la transparencia y el acceso a la información son principios clave, como el reconocimiento del derecho de los consumidores a esperar información clara y accesible sobre calidad e ingredientes alimentarios.La participación ciudadana también se ha concretado en los derechos de elección de los consumidores, a través de: a) una nueva y más estricta regulación del etiquetado de transgénicos; y b) la creación de instituciones científicas de protección de la salud y Seguridad alimentaria sobre OMG.(12)
Efectos en el agua
El cultivo de soja necesita unos 550 milímetros de agua por hectárea en el caso de la soja de primera y 450 en la soja de segunda.
La aplicación de glifosato se extendió tanto que es muy probable que pueda contaminar los escasos recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos. Su efecto dañino sobre la salud está tan reconocido que muchos países han adoptado para este parámetro límites tolerables de concentración residual en el agua. Un dato muy significativo sobre la dosis útil aplicada: de tres litros por hectárea por año a fines de los ’90 se pasó, a mediados de la década actual, a tres aplicaciones de 12 litros por hectáreas por año.
En la Campaña 2004/2005, de 38.300.000 toneladas, Argentina exportó gratuitamente mas 42.500 millones de metros cúbicos de agua . Las tres provincias pampeanas, exportaron 28.190 millones de metros cúbicos. estamos exportando en promedio, agua virtual por un volumen de 5.000 millones de metros cúbicos anuales.
La deuda por nutrientes, se refuerza con esta deuda por agua virtual que no estamos evaluando aún pero que nos enfrenta a otro problema, al ocuparse no sólo espacio territorial, sino recursos acuíferos vitales para la vida y estabilidad ambiental mediata en la Argentina.
El suelo
Los ecosistemas más afectados por los herbicidas son aquellos sujetos a aplicaciones directas o que se encuentran en las adyacencias de las áreas de aplicación y los ecosistemas acuáticos que reciben el escurrimiento de las zonas que son tratadas. De una u otra forma, los agroquímicos y fertilizantes pueden alterar la estructura, función y productividad de los ecosistemas.
En Argentina la intensificación de la producción sojera a llevado a una importante caída en el contenido de los nutrientes del suelo.La producción continua de soja ha facilitado la extracción,solo en 2003 de casi un millón de toneladas de nitrógeno y alrededor de 227.000 de fósforo.Los agricultores creen erróneamente que con la siembra directa no hay erosión,pero a pesar del incremento de la cobertura del suelo ,si el rastrojo dejado por la soja es relativamente escaso y no puede cubrir correctamente el suelo, si no existe una adecuada rotación entre cereales y oleaginosas.
Efectos de la contaminación por plaguicidas
Tres son los efectos principales que se vienen dando en las regiones agrícolas:
1-La reducción de la calidad de suelo y el agua por presencia de residuos de pesticidas.
2-El deterioro de la calidad del aire por volatilización de principios activos.
3-El impacto negativo sobre la biodiversidad por sus efectos sobre especies no objetivo.
En poco menos de quince años, el consumo de glifosato se multiplicó 180 veces.
Pero el uso del glifosato no es privativo del cultivo de soja, si bien éste es el mayor consumidor del mismo en las provincias del NOA como Tucumán con 2.313.900 litros (65,2 % del total) en 2005. El otro 34,8 % se distribuye entre el limón (454.100 litros de glifosato), trigo (414.700), caña de azúcar (193.180 litros), maíz (125.200) y cultivos menores (50.000 litros) (EEAOC, 2006).
* Por Dra. Graciela Gómez (Abogada (UBA), especialista en temas ambientales)
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