jueves, 25 de marzo de 2010

Manifiesto a la comunidad educativa


La propaganda del gobierno sobre una política educativa de inclusión, equidad y calidad, toma como único responsable de la crisis en educación el trabajo docente, silenciando a través del ocultamiento las importantes causas que nos llevan a esta situación.

En primer lugar no se habla de la verdadera inversión que necesitan el país y las provincias para revertir en un mediano plazo la paulatina destrucción del sistema. Desde hace tiempo el sostenimiento de la escuelas está a cargo de los padres, los alumnos y los docentes a través del pago de cooperadora, de certificados, libretas, constancias y otros.

Además gran parte de los proyectos pedagógicos (PROMEDU, CAJ, CAIE, BECAS) están financiados por organismos internacionales como BID, BM,FMI y bancos internacionales que tienen una total y absoluta injerencia en el modelo pedagógico que imponen como condicionamiento para otorgar estos fondos ¿A esto puede llamarse educación argentina?

Contradictoriamente el gobierno habla de inclusión, equidad y calidad, confundiendo perversamente a la comunidad con ejes falsos ya que nada dice de las condiciones en las que los alumnos y los docentes debemos realizar el proceso de Enseñanza- Aprendizaje.

Así en el discurso intencionalmente se olvidan de decir que:

-No es la escuela la que excluye, sino un modelo socioeconómico que produce pobreza, desocupación y precarización laboral en la mayoría del pueblo trabajador, incluidos los docentes.

-En este modelo, la escuela se transforma en un lugar de mera contención social donde su función fundamental que es la de enseñar queda perdida, creando un abismo entre alumnos ricos y alumnos pobres profundizando las diferencias socioeconómicas ya existentes.

-En las actuales condiciones de infraestructura, de aulas superpobladas, sin libros ni material didáctico adecuado, con proyectos aislados y selectivos para algunos sí y para otros no, con docentes sobrecargados laboralmente y desprestigiados socialmente, la cantidad de días de clases como factor fundamental para una mejor educación es una mentira, como también lo son el presupuesto que le asignan a educación y las reformas que se proponen con leyes que se presentan como necesarias para superar esta crisis pero que en realidad son maquillajes de viejos proyectos.

El silencio sobre estas causas, que merecen urgente debate y solución, no es casual sino que responde a la aceptación de los condicionamientos que los organismos financieros internacionales imponen a cambio de definir las políticas educativas que se deben llevar adelante. Políticas estas que han venido siendo aceptadas por los distintos partidos políticos que han sido gobierno, en una coherencia y connivencia absoluta con el modelo político- social y económico que han establecido.

Es nuestra tarea como sociedad, padres y docentes- todos víctimas de estas políticas- evitar que nos sigan dividiendo y destruyendo con discusiones falsas y demagógicas y buscar el camino que nos lleve en común unión como argentinos hacia la construcción de un proyecto que recupere a la educación como una herramienta liberadora para que estas generaciones y las futuras puedan vivir en un país con trabajo digno, con personas integralmente desarrolladas y con una sociedad más justa e igualitaria que reivindique el ser argentino.


Docentes de Base de las escuelas del Chaco

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