sábado, 23 de enero de 2010

El Derecho al Agua en el Interior del Chaco


Como sabemos, desde la antigüedad, el agua fue, es y será uno de los tesoros más sagrados para el hombre, es más, muchas civilizaciones de la antigüedad sucumbieron cuando este líquido comenzó a escasear. En la actualidad, muchas veces el acceso a este producto es toda una odisea, incluso en ciudades como las nuestras, acceder a conseguir solamente unos litros del líquido elemento es una tarea sumamente difícil y hasta desesperante.

Transcurrida ya prácticamente la primer década del Siglo XXI, con la era de la informática a cuestas, en donde las comunicaciones satelitales están al orden del día, cuando la televisión por cable hace casi dos décadas está en nuestras casas, y donde pronto se planea la perforación de nuestros suelos en busca de petróleo, resulta irrisorio que como ciudadanos no tengamos acceso a satisfacer una necesidad básica humana, como ser el acceso al agua potable.

Desde este articulo para nada nos oponemos al crecimiento, al avance y el desarrollo de nuestra provincia, cuanto mayor volumen de obras publicas haya en nuestra ciudad, bienvenidas sean calles asfaltadas, enripiadas, barrios, e incluso la incorporación de una línea aérea (que el tiempo dirá si funciona o no) o la creación de la Universidad del Chaco Austral, y todas aquellas infraestructura que nos permitan obtener tal vez una mejor calidad de vida.

Pero de nada sirven todas estas obras si carecemos de un componente vital y fundamental para la vida como ser el agua potable. Podemos vivir sin energía eléctrica, sin las calles asfaltadas y sin aeropuertos, pero es imposible sobrevivir más de una semana sin agua. Por eso es que debemos solicitar a nuestros gobernantes que a la hora de licitar una obra, el primer parámetro a tener en cuenta, sea la función social de la misma. Los acueductos que actualmente transportan el agua hacia una porción de las ciudades del interior, incluida Sáenz Peña (con más de cien mil habitantes) cuentan con más de treinta años de antigüedad, y pese a que se las refaccione y repotencie, estas estructuras están cerca del colapso definitivo, si bien con ciertos parches y remiendos pueden seguir funcionando un poco más aun.

Según un estudio estadístico llevado adelante por la Fundación Nelson Mandela, aproximadamente cerca del setenta por ciento de la población de la provincia no posee acceso al agua potable y que si bien existen algunos ríos que podrían suministrar agua, se carecen de las obras necesarias para la potabilización de las mismas.

Otro problema característico de nuestra provincia, es que el agua subterránea que es empleada por medio de perforaciones para el consumo, tanto humano como animal, posee elevadas concentraciones de arsénico, lo cual trae consecuencias como alteraciones de la piel, irritación de los órganos del aparato respiratorio y gastrointestinal, acumulación en los huesos, músculos, piel y en menor grado en hígado y riñones. Una forma de detectar personas que por largos periodos de tiempo han consumido arsénico inorgánico a través del agua, es por la pigmentación de la piel y ciertas callosidades que suelen aparecer en palmas de pies y mano.

Para finalizar el presente artículo, solo resta decir que el acceso al agua, una necesidad básica del hombre, debería ser el primer servicio público que el Estado de nuestra provincia debe garantizar, para que de esta forma todos los ciudadanos que habitamos este suelo podamos acceder al consumo de una fuente segura del liquido vital, y de esta manera evitar los problemas de salud que trae acompañado la falta de agua.

* Desde Saenz Peña Juan Manuel Pereyra (juanma_chaco@hotmail.com)

1 comentario:

Unknown dijo...

En el actual edificio del Poder Judicial, en Resistencia, la fuente está las 24 horas prendida, y las luces también. O sea, el gobierno gasta agua y luz mientras el pueblo pide desesperadamente agua y luz.
Se c.....n en nosotros