Los integrantes de la Comisión de Recuperación del Río Negro, de la Fundación Ambiente Total, denuncian públicamente las severas infracciones que se siguen cometiendo en ríos y lagunas de la ciudad, ante la vista de los funcionarios de APA y de la Municipalidad de Resistencia.
“El pasado sábado 23, integrantes de la Comisión de Recuperación del río Negro, de la Fundación Ambiente Total, recorrieron el río en el tramo comprendido entre Puerto Sañeia (sede de operaciones de la institución) y los puentes de la Av. Sarmiento, único tramo navegable en este momento, debido al taponamiento del río Negro por camalotes y embalsados. La inspección sirvió para constatar severas infracciones que se siguen cometiendo ante la vista de los funcionaros de la APA y de la Municipalidad, a la vez que ratifican una vez más que las lluvias dentro de la cuenca de ese cauce de agua, son la única solución económica y efectiva para liberar la vegetación acuática y preservar la integridad física de los puentes, siempre que se actúe con responsabilidad y llevando a cabo las acciones pertinentes” aseguraron integrantes de la organización ambientalista.
Al respecto, la FunAT recuerda que las lluvias producen el aumento del nivel del río y una corriente directamente proporcional al volumen de líquido caído, que hace que el agua arrastre naturalmente la vegetación. Como es sabido que los tiempos de los funcionarios no son los tiempos de la Naturaleza, desde hace más de un año la Comisión de Recuperación del río Negro mantuvo una reunión con la actual presidente de la APA, para ofrecer su colaboración y para solicitarle se comience a limpiar el cauce del río, previendo estas lluvias y la efectividad de su acción.
“A pesar de que había una partida presupuestaria desde la Nación y supuestamente una orden expresa del gobernador Capitanich, es poco lo que se hizo desde entonces, salvo las acciones disociadas y casi siempre extemporáneas, un comportamiento que en el caso del río Negro y su ecosistema es fatal no solamente para el curso del agua sino para toda la población, por los resultados que se observan ahora, en donde esa vegetación que se multiplicó en todo el tiempo transcurrido es tan grande y se encuentra en tal grado de compactación que cuando la corriente la arrastra produce severos atascamientos en los puentes. El efecto es tremendamente devastador para la vida de estas estructuras, pensadas para soportar presión desde arriba, pero no presiones descomunales desde los laterales, como ocurre cuando esos millones de toneladas de vegetación compactada pujan por pasar debajo de los puentes, lo que se complica sobremanera cuando se arrastran troncos de gran volumen, naturalmente caídos al agua o -la más de las veces- producto de descuajamientos producidos por la imprudencia y/o actitud delictiva del hombre. Esto genera fuertes corrientes hacia abajo de los embalsados (similar a las corrientes que succionaron recientemente a los nadadores de la competencia Paraguay-Posadas) que a la vez que compacta más la vegetación, socava seriamente las obras de fundación de los puentes como así también erosiona las barrancas y deja sin anclaje los cabezales de los puentes, como sucedió ya en los de la avenida Sarmiento y sucede desde hace años en el San Fernando”.
“Este mecanismo, conocido por todos los ingenieros que trabajan en la APA -lo comentan en cuanta reunión sobre el tema se realiza, si bien no lo reconocen cuando los jueces se lo preguntan- parece no resultar suficiente argumento a la hora de liberar la masa vegetal en cuanto empieza a formarse, a veces por problemas presupuestarios -dicen los funcionarios- y otras directamente por desidia o capricho, cuando no es directamente por rivalidad entre los organismos provinciales y los municipales. De esto último tenemos muchos casos ilustres a lo largo de nuestros treinta y un años de gestión en la defensa del ecosistema, pero las declaraciones recientes de los funcionarios de la APA y de la Intendente Ayala, muestran desembozadamente y en carne viva estos conflictos y demuestran que no pueden dejar de lado la rivalidad política o personal, ni aún cuando está en grave riesgo la integridad física y la salud de la población”.
“Las molestias manifestadas mediáticamente por la Ing. Ayala porque no bajan medio metro el nivel del río, se contradicen con la actitud mañosa de haber avalado (también mediáticamente, sin prurito ni rubor y con fotografía incluida) la instalación del barrio lacustre de la Avenida Sarmiento bajo dos metros de la línea de inundación y la construcción de un hotel absolutamente trucho (porque no estaba en el proyecto inicial, y por ende irrealizable). También avaló la construcción del nuevo edificio de la Cámara de Diputados en el valle de inundación del río Negro y no demostró el mayor interés en quitar la masa vegetal que venimos denunciando, siendo que cuentan con un artefacto náutico ideal para facilitar la desintegración del camalotal y propiciar su libre escurrimiento hacia el riacho Barranqueras y Paraná. El artefacto -copia de la legendaria retroexcavadora montada sobre flotantes del Ing. López que tan buen servicio brindó por años a la limpieza del río Negro- está exhibiéndose en la laguna Argüello desde hace semanas, otra escenografía montada por la Intendente que jamás volverá a ser lo que fue en épocas de nuestros abuelos y que por eso se llena de vegetación acuática, entre otras cosas, por su poca profundidad”.
“La oposición entre Municipalidad y APA se ve claramente en lo que no hacen. En efecto, siguen los conflictos jurisdiccionales (cuando se les ocurre que debe ser así, sino hacen lo que les parece) pero descuidan ejercer el poder de policía que les compete”.
Es lo que se vio el sábado, en la recorrida efectuada por la FunAT: en el predio de 32 has, donde tanto la APA como la Municipalidad autorizaron a construir un barrio lacustre ilegítimo (porque no corresponde) e ilegal (porque estaba expresamente prohibido), hay innumerables montículos de tierra dejados por camiones volcadores en fecha reciente, cuyo fin se ignora, pero se sospecha, ya que se encuentran muy cerca de los sectores del predio que por esta pequeña creciente del río Negro se encuentran totalmente anegados. “¿Será que ante la falla en los cálculos ahora se está tratando de enmendar el error y mostrar ante los ocasionales compradores de lotes una superficie libre de agua?”.
“Más allá de cuál fuera la motivación de la empresa, la FunAT puede asegurar que en estos últimos ocho años ha venido denunciando justamente el ingreso de cientos de camiones trayendo escombro y tierra para rellenar los desniveles del terreno, y que tanto el inspector de la APA como el que siempre lo acompañaba, de la Municipalidad, se negaban a aceptar como relleno. ¿Qué pasa ahora?. Pareciera que la APA actual y la Municipalidad siguen negando la infracción evidente. Debieran concurrir a hacer sus inspecciones y asegurarse de que la empresa esté cumpliendo con las ordenanzas y reglamentaciones vigentes. En caso contrario, quedará al descubierto la actitud infiel de aquellos inspectores (ignoramos si siguen en funciones, actualmente, o han sido sancionados de una buena vez), quienes avalaron permanentemente las infracciones y solamente se veían obligados a labrar un acta de infracción (aunque después la cajoneaban) cuando estábamos las organizaciones ambientalistas, de derechos humanos y la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, los Concejales y los Diputados presentes”.
“Cuando hagan la inspección que parece que desde hace años no efectúan, se encontrarán con la calle Martina (aquella que los concejales por unanimidad ordenaron abrir a través de la Ordenanza Nº 7715, del 10 de mayo de 2005, y a la que la Intendente Ayala hizo caso omiso, una vez más) totalmente bajo agua (el predio al borde, porque rellenaron el lugar) y gran cantidad de árboles descuajados, muy cerca de la laguna Colussi, que también alteraron y cuya ampliación consigue que el barrio supuestamente público, como señala la empresa, en definitiva y en los hechos sea privado, porque no permitirá el acceso a todos. El fragmento de la misma laguna, del otro lado de la ruta, también ha sido clausurado para el uso de todos, y ha sido privatizada de hecho, por quien es propietario de la empresa que lleva adelanto el proyecto del barrio lacustre. Un lamentable ejemplo de cómo funciona la Mercadocracia”.
La Comisión de recuperación del río Negro y la FunAT sostienen como siempre, que el barrio lacustre será siempre prohibido, por más que los funcionarios de turno se empeñen en blanquearlo con distintas argucias, como también lo será -vergüenza mediante por parte de quienes propusieron y avalaron semejante proyecto- el edificio de la Cámara de Diputados que pretenden construir en los terrenos que hoy están bajo agua (también navegamos por esa zona) igual que lo está el predio del pretendido barrio lacustre en distintos sectores.
“El pasado sábado 23, integrantes de la Comisión de Recuperación del río Negro, de la Fundación Ambiente Total, recorrieron el río en el tramo comprendido entre Puerto Sañeia (sede de operaciones de la institución) y los puentes de la Av. Sarmiento, único tramo navegable en este momento, debido al taponamiento del río Negro por camalotes y embalsados. La inspección sirvió para constatar severas infracciones que se siguen cometiendo ante la vista de los funcionaros de la APA y de la Municipalidad, a la vez que ratifican una vez más que las lluvias dentro de la cuenca de ese cauce de agua, son la única solución económica y efectiva para liberar la vegetación acuática y preservar la integridad física de los puentes, siempre que se actúe con responsabilidad y llevando a cabo las acciones pertinentes” aseguraron integrantes de la organización ambientalista.
Al respecto, la FunAT recuerda que las lluvias producen el aumento del nivel del río y una corriente directamente proporcional al volumen de líquido caído, que hace que el agua arrastre naturalmente la vegetación. Como es sabido que los tiempos de los funcionarios no son los tiempos de la Naturaleza, desde hace más de un año la Comisión de Recuperación del río Negro mantuvo una reunión con la actual presidente de la APA, para ofrecer su colaboración y para solicitarle se comience a limpiar el cauce del río, previendo estas lluvias y la efectividad de su acción.
“A pesar de que había una partida presupuestaria desde la Nación y supuestamente una orden expresa del gobernador Capitanich, es poco lo que se hizo desde entonces, salvo las acciones disociadas y casi siempre extemporáneas, un comportamiento que en el caso del río Negro y su ecosistema es fatal no solamente para el curso del agua sino para toda la población, por los resultados que se observan ahora, en donde esa vegetación que se multiplicó en todo el tiempo transcurrido es tan grande y se encuentra en tal grado de compactación que cuando la corriente la arrastra produce severos atascamientos en los puentes. El efecto es tremendamente devastador para la vida de estas estructuras, pensadas para soportar presión desde arriba, pero no presiones descomunales desde los laterales, como ocurre cuando esos millones de toneladas de vegetación compactada pujan por pasar debajo de los puentes, lo que se complica sobremanera cuando se arrastran troncos de gran volumen, naturalmente caídos al agua o -la más de las veces- producto de descuajamientos producidos por la imprudencia y/o actitud delictiva del hombre. Esto genera fuertes corrientes hacia abajo de los embalsados (similar a las corrientes que succionaron recientemente a los nadadores de la competencia Paraguay-Posadas) que a la vez que compacta más la vegetación, socava seriamente las obras de fundación de los puentes como así también erosiona las barrancas y deja sin anclaje los cabezales de los puentes, como sucedió ya en los de la avenida Sarmiento y sucede desde hace años en el San Fernando”.
“Este mecanismo, conocido por todos los ingenieros que trabajan en la APA -lo comentan en cuanta reunión sobre el tema se realiza, si bien no lo reconocen cuando los jueces se lo preguntan- parece no resultar suficiente argumento a la hora de liberar la masa vegetal en cuanto empieza a formarse, a veces por problemas presupuestarios -dicen los funcionarios- y otras directamente por desidia o capricho, cuando no es directamente por rivalidad entre los organismos provinciales y los municipales. De esto último tenemos muchos casos ilustres a lo largo de nuestros treinta y un años de gestión en la defensa del ecosistema, pero las declaraciones recientes de los funcionarios de la APA y de la Intendente Ayala, muestran desembozadamente y en carne viva estos conflictos y demuestran que no pueden dejar de lado la rivalidad política o personal, ni aún cuando está en grave riesgo la integridad física y la salud de la población”.
“Las molestias manifestadas mediáticamente por la Ing. Ayala porque no bajan medio metro el nivel del río, se contradicen con la actitud mañosa de haber avalado (también mediáticamente, sin prurito ni rubor y con fotografía incluida) la instalación del barrio lacustre de la Avenida Sarmiento bajo dos metros de la línea de inundación y la construcción de un hotel absolutamente trucho (porque no estaba en el proyecto inicial, y por ende irrealizable). También avaló la construcción del nuevo edificio de la Cámara de Diputados en el valle de inundación del río Negro y no demostró el mayor interés en quitar la masa vegetal que venimos denunciando, siendo que cuentan con un artefacto náutico ideal para facilitar la desintegración del camalotal y propiciar su libre escurrimiento hacia el riacho Barranqueras y Paraná. El artefacto -copia de la legendaria retroexcavadora montada sobre flotantes del Ing. López que tan buen servicio brindó por años a la limpieza del río Negro- está exhibiéndose en la laguna Argüello desde hace semanas, otra escenografía montada por la Intendente que jamás volverá a ser lo que fue en épocas de nuestros abuelos y que por eso se llena de vegetación acuática, entre otras cosas, por su poca profundidad”.
“La oposición entre Municipalidad y APA se ve claramente en lo que no hacen. En efecto, siguen los conflictos jurisdiccionales (cuando se les ocurre que debe ser así, sino hacen lo que les parece) pero descuidan ejercer el poder de policía que les compete”.
Es lo que se vio el sábado, en la recorrida efectuada por la FunAT: en el predio de 32 has, donde tanto la APA como la Municipalidad autorizaron a construir un barrio lacustre ilegítimo (porque no corresponde) e ilegal (porque estaba expresamente prohibido), hay innumerables montículos de tierra dejados por camiones volcadores en fecha reciente, cuyo fin se ignora, pero se sospecha, ya que se encuentran muy cerca de los sectores del predio que por esta pequeña creciente del río Negro se encuentran totalmente anegados. “¿Será que ante la falla en los cálculos ahora se está tratando de enmendar el error y mostrar ante los ocasionales compradores de lotes una superficie libre de agua?”.
“Más allá de cuál fuera la motivación de la empresa, la FunAT puede asegurar que en estos últimos ocho años ha venido denunciando justamente el ingreso de cientos de camiones trayendo escombro y tierra para rellenar los desniveles del terreno, y que tanto el inspector de la APA como el que siempre lo acompañaba, de la Municipalidad, se negaban a aceptar como relleno. ¿Qué pasa ahora?. Pareciera que la APA actual y la Municipalidad siguen negando la infracción evidente. Debieran concurrir a hacer sus inspecciones y asegurarse de que la empresa esté cumpliendo con las ordenanzas y reglamentaciones vigentes. En caso contrario, quedará al descubierto la actitud infiel de aquellos inspectores (ignoramos si siguen en funciones, actualmente, o han sido sancionados de una buena vez), quienes avalaron permanentemente las infracciones y solamente se veían obligados a labrar un acta de infracción (aunque después la cajoneaban) cuando estábamos las organizaciones ambientalistas, de derechos humanos y la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, los Concejales y los Diputados presentes”.
“Cuando hagan la inspección que parece que desde hace años no efectúan, se encontrarán con la calle Martina (aquella que los concejales por unanimidad ordenaron abrir a través de la Ordenanza Nº 7715, del 10 de mayo de 2005, y a la que la Intendente Ayala hizo caso omiso, una vez más) totalmente bajo agua (el predio al borde, porque rellenaron el lugar) y gran cantidad de árboles descuajados, muy cerca de la laguna Colussi, que también alteraron y cuya ampliación consigue que el barrio supuestamente público, como señala la empresa, en definitiva y en los hechos sea privado, porque no permitirá el acceso a todos. El fragmento de la misma laguna, del otro lado de la ruta, también ha sido clausurado para el uso de todos, y ha sido privatizada de hecho, por quien es propietario de la empresa que lleva adelanto el proyecto del barrio lacustre. Un lamentable ejemplo de cómo funciona la Mercadocracia”.
La Comisión de recuperación del río Negro y la FunAT sostienen como siempre, que el barrio lacustre será siempre prohibido, por más que los funcionarios de turno se empeñen en blanquearlo con distintas argucias, como también lo será -vergüenza mediante por parte de quienes propusieron y avalaron semejante proyecto- el edificio de la Cámara de Diputados que pretenden construir en los terrenos que hoy están bajo agua (también navegamos por esa zona) igual que lo está el predio del pretendido barrio lacustre en distintos sectores.
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