jueves, 4 de febrero de 2010

El Director de Cine José Campusano en Resistencia

Este viernes 5 de febrero, a las 22, en el Microcine del Complejo Cultural Guido Miranda, se estrenará, con la presencia de su director José Campusano, el film nacional Vil Romance. La entrada general costará $4.

La película es un melodrama suburbano, con escenas polémicas y el interesante aporte de que los protagonistas del romance son dos hombres de diferentes generaciones.
Vil Romance ha recibido numerosos reconocimientos, en Festivales nacionales y extranjeros: en 2008 participó del 23º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata; y del 21º Encuentro de Cine Latinoamericano, en Toulouse Francia, en marzo del 2009; entre otros.
Más información en la web: http://www.vilromance.com.ar/
José Campusano

Es imposible hablar del cine de Campusano sin citar características, particularidades y detalles, que hacen de su realizador un tipo inconfundible, tanto en la vida como en el cine. Hijo del lado Sur, habitante del conurbano profundo y con un pasado motociclista del que no reniega, José se ha dedicado a filmar la porción de mundo de la que se siente parte. Son esos códigos que aprendió en la calle, aceptó y revalidó en la vida, los que lo conducen a un cine particularmente antropológico.

Estudió cinematografía en el Instituto de Cine de Avellaneda, participando activamente en videos y filmes independientes durante la década del 80 y parte de los 90. Y en 1995 publicó un libro de cuentos de su autoría, “Mitología marginal argentina”, un correlato literario de su
filmografía, editado por El Gusano Vencedor, en Córdoba. Esa “antropología de los suburbios”, como él mismo define su trabajo cinematográfico, se desarrolló a través de producciones completamente independientes. Y la carencia de contribuciones que en la mayoría de los casos conduce al fracaso inexorable, en Campusano generó el efecto contrario. Allí debió “afinar la puntería” y encontrar otras herramientas para plasmar su poesía.

A diferencia de la mayoría de realizadores argentinos, toda su cinematografía carece del trabajo de guionistas profesionales. Según su particular concepción estética, la presencia de un guionista desvirtuaría el producto. Las personas de sus películas hablan como hablan en la vida y el bagaje intelectual que podría aportar un profesional generaría un quiebre inexorable; por no pertenecer al segmento social que muestra Campusano en cada una de sus piezas. Ese universo, en sí, tiene un potencial inabarcable y apabullante. Enfrentarse con la verdadera demencia o el verdadero amor, a partir del límite de un guión preestablecido, sería una forma de ultraje.

Una actitud de vida, una postura ideológica y haber andado por rincones suburbanos de países como Chile, Perú, Brasil, Bolivia, Uruguay, España, Francia y Andorra; enriquecieron su mirada y dieron lugar a un cine cien por ciento pasional, con una especialísima fusión de
ficción y documento y con sello propio.

1 comentario:

Mario arrepentido dijo...

Qué película mas densa loco! Nunca mas voy al cine. Porque no me avisaron que la película era solo apta para hosexuales y que lo del viernes era una reunión de gays. No tengo nada contra ellos pero me sentí horrible ir a verla.